lunes, 19 de noviembre de 2018

52. 19 nov 2018


EL CRIMEN FUE EN GRANADA: A FEDERICO GARCÍA LORCA
1. El crimen 

Se le vio, caminando entre fusiles, 
por una calle larga, 
salir al campo frío, 
aún con estrellas de la madrugada. 
Mataron a Federico 
cuando la luz asomaba. 
El pelotón de verdugos 
no osó mirarle la cara. 
Todos cerraron los ojos; 
rezaron: ¡ni Dios te salva! 
Muerto cayó Federico 
-sangre en la frente y plomo en las entrañas-
... Que fue en Granada el crimen 
sabed -¡pobre Granada!-, en su Granada. 

2. El poeta y la muerte 

Se le vio caminar solo con Ella, 
sin miedo a su guadaña. 
-Ya el sol en torre y torre, los martillos 
en yunque- yunque y yunque de las fraguas. 
Hablaba Federico, 
requebrando a la muerte. Ella escuchaba. 
«Porque ayer en mi verso, compañera, 
sonaba el golpe de tus secas palmas, 
y diste el hielo a mi cantar, y el filo 
a mi tragedia de tu hoz de plata, 
te cantaré la carne que no tienes, 
los ojos que te faltan, 
tus cabellos que el viento sacudía, 
los rojos labios donde te besaban... 
Hoy como ayer, gitana, muerte mía, 
qué bien contigo a solas, 
por estos aires de Granada, ¡mi Granada!» 

3. 

Se le vio caminar... 
Labrad, amigos, 
de piedra y sueño en el Alhambra, 
un túmulo al poeta, 
sobre una fuente donde llore el agua, 
y eternamente diga: 
el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!

Antonio Machado

lunes, 12 de noviembre de 2018

51. 12 nov 2018

RIMA LIII

Rimas.  Gustavo Adolfo Bécquer

Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.

Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres...
¡esas... no volverán!.

Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde aún más hermosas
sus flores se abrirán.

Pero aquellas, cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día...
¡esas... no volverán!

Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.

Pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido...; desengáñate,
¡así... no te querrán!





  

lunes, 5 de noviembre de 2018

50. 5 nov 2018

CANCIÓN DEL PIRATA

Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela
un velero bergantín.
Bajel pirata que llaman,
por su bravura, el Temido,
en todo mar conocido
del uno al otro confín.

La luna en el mar rïela,
en la lona gime el viento,
y alza en blando movimiento
olas de plata y azul;
y va el capitán pirata,
cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro Europa,
y allá a su frente Stambul:

«Navega, velero mío,
sin temor,
que ni enemigo navío
ni tormenta, ni bonanza
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.

Veinte presas
hemos hecho
a despecho
del inglés,
y han rendido
sus pendones
cien naciones
a mis pies.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

Allá muevan feroz guerra
ciegos reyes
por un palmo más de tierra;
que yo aquí tengo por mío
cuanto abarca el mar bravío,
a quien nadie impuso leyes.

Y no hay playa,
sea cualquiera,
ni bandera
de esplendor,
que no sienta
mi derecho
y dé pecho
a mi valor.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

A la voz de «¡barco viene!»
es de ver
cómo vira y se previene
a todo trapo a escapar;
que yo soy el rey del mar,
y mi furia es de temer.

En las presas
yo divido
lo cogido
por igual;
sólo quiero
por riqueza
la belleza
sin rival.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

¡Sentenciado estoy a muerte!
Yo me río;
no me abandone la suerte,
y al mismo que me condena,
colgaré de alguna entena,
quizá en su propio navío.
Y si caigo,
¿qué es la vida?
Por perdida
ya la di,
cuando el yugo
del esclavo,
como un bravo,
sacudí.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

Son mi música mejor
aquilones,
el estrépito y temblor
de los cables sacudidos,
del negro mar los bramidos
y el rugir de mis cañones.

Y del trueno
al son violento,
y del viento
al rebramar,
yo me duermo
sosegado,
arrullado
por el mar.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.»


La dotación del buque-escuela "Juan Sebastián de Elcano" recia a modo de homenaje "La canción del pirata", poema sobre la libertad escrito por José de Espronceda, uno de los máximos exponentes de la poesía del Romanticismo español.